viernes, 5 de abril de 2013

Acude a tu playa

He iniciado a través de las redes sociales esta llamada para que la gente acuda a su playa a poner fin a una situación de abuso.

Para recuperar una playa que es de todos desde la gratuidad.

Decía en una conferencia una catedrática de Historia que era preciso que la gratuidad real volviera a nuestra sociedad para no correr el peligro de convertirnos en individuos en lugar de en personas.

Decía la misma catedrática que nuestra sociedad tiene la "virtud" de convertir a las víctimas en culpables.

Lo cierto es que la desinformación en una era de "hyper connectivity" está en alza.

Cualquier conversación suele reconducir al desánimo, al inmovilismo ante el enorme poder - mayor que nunca jamás - de las corporaciones. El gigantismo se ha convertido en una moda desde hace años absorbiendo recursos.

Me sonrío porque en muchas pláticas nuestro interlocutor nos da la razón. Nos compara con el nadador en medio de un mar revuelto cuyos movimientos nada pueden. Transmiten la impotencia y nos llaman a la cruda realidad.

Y todo es verdad desde la óptica del poder no estando ciertamente nadie seguro de que pueda cambiar nada. A fecha solamente podemos estar seguros de si queremos que nos cambien ellos a nosotros o no.

A fin de cuentas nos percatamos de la dificultad de cambio al tiempo que apostamos porque pase lo que pase no nos cambiarán. La protesta ante los abusos debe seguir independientemente de cual sea el resultado.


Así que debemos fomentar el diálogo al tiempo que podemos transmitir la falta de admiración por las actuaciones de algunos, incluída la clase política. Pero sin olvidar que en una sociedad tan monetizada como la nuestra los políticos son meros instrumentos de la clase económica que los corrompe y prostituye.

Lo anterior no puede ser cierto al 100%. Para quien crea en milagros, y yo creo en milagros, tienen que haber algunos capaces de apostar por el cambio.

Un cambio gradual que vaya avergonzando a los que con el marchamo de la "liberación" dejan sin nada al resto. El dinero está pasando a menos manos. Esto es un hecho.